domingo, 23 de enero de 2011
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Y no hay quien enseña, quien muestra y quien recibe, porque no hay nada sino "lo que es", y eso es tan grande, tan infinito que no puede expresarse, tan sólo esperar que el Yoga florezca en el corazón del amigo, y el Yoga se transforma en una espera compasiva y amorosa.
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