En mi corazón canta una flor
que no ha sido abierta por mano alguna;
su canción no es menos dulce
que el llanto de un niño atravesando la noche,
de rosa y dorado.
Gota de amor en cada estrella
resonando contra mi pecho, lleno de amor,
rebosante y desbordando con cada nota.
La melodía sin principio ni final
entonando la dicha de un nuevo alumbramiento...
...para comenzar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario